lunes, 23 de diciembre de 2013

SIN NOTICIAS DEL MAR

Quizás mañana; se repetía  cabizbaja arrastrando su desilusión hasta su casa junto al faro. De noche; si el mar estaba embravecido,  los bufones del acantilado la sobresaltaban con sus rugidos, ella se levantaba, miraba por la ventana hacia el horizonte y volvía a la cama. Mirando la estampita de San Elmo que tenía en la mesita de noche, suspiraba pidiendole que el mar trajera a puerto, a los valientes marineros de aquel pequeño pueblo costero; sin saber que aquel santo, poco podía hacer tras la noticia que ya iba recorriendo el pueblo.

4 comentarios:

  1. Mira que me atrae la idea de vivir en la casa del faro, pero sí, tiene estos inconvenientes también.
    Abrazos Juanjo.

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  2. Una historia realmente bonita Juanjo. Con final triste, imagino. La esperanza es la otra cara de la misma moneda en la que está la incertidumbre. Un abrazo.

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  3. Ufff qué duro y qué real!! pero me ha gustado mucho Juanjo.Muy bueno.
    ;)

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  4. La verdad es que la vida de la mar y de los marineros es muy dura, y más en invierno con los temporales. Además en estas fechas los mariscadores tratan de sacar al mar sus frutos más preciados para que los disfrutemos en nuestras mesas, a veces a costa de sus vidas. Te asegiro que es así, soy de un pueblo marinero, mi marido, mi hermano, primos y sobrinos han trabajado en la mar y siempre tienes miedo que no vuelvan. Bonito homenaje. Gracias

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