viernes, 4 de octubre de 2013

AQUELLAS DOS HORAS

A grandes zancadas sobre las olas; así me siento surcando los mares en este viejo cascarón. Han sido demasiadas batallas y demasiados viajes buscando tesoros imaginarios que nunca encontré. Y en este mismo momento pondré fin a mi aventura; hace ya dos horas que me comí el bocadillo de lomo y mi madre me ha dicho que ya me puedo bañar, por fin. El próximo domingo volveremos toda la familia a la playa y tras el bocadillo tendré dos horas más para seguir surcando los mares.

10 comentarios:

  1. De algo había que llenar esas dos horas, y mira ahora por donde sale.
    Aquí estamos de nuevo, juntos y listos para el abordaje, con el boli entre los dientes, A POR ELLOOOOS!!!

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    1. Quien no ha vivido esas dos horas interminables? Venga a por ellos!!!

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  2. Divertido y simpático relato. Volvemos a empezar.

    Saludos

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  3. Simpática historia nacida de la mente infantil de un protagonista que sueña con aventuras surcando los mares en una balsa de goma, supongo.

    un abrazo desde mis palabras y que sigamos leyéndonos.

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    1. Pues seguro que con balsa de goma y pala o rastrillo a modo de sable jeje. Un placer volver a tenerte por aquí y otro placer seguir leyéndote.

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  4. Cuantos recuerdos me trae este relato. ¡Qué tiempos!. Enhorabuena.

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  5. Muy bueno, Juanjo. Aquellas dos horas, en mi caso, se podían llegar a convertir en tres si preguntaba muchas veces cuánto faltaba.

    Un abrazo,

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  6. Gracias Pedro. Si, a veces era mejor no preguntar. Un abrazo.

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