Ordenaron colocarle una venda en lo ojos pero él se negó, quería mirar a los seis hombres que cargaban sus mosquetes para poner fin a su vida. - ¡ fuego! , ordenó alguien; pero inexplicablemente los seis mosquetes se encasquillaron mientras el cielo se volvía negro y comenzaba una lluvia torrencial que hizo que todos huyeran a refugiarse dejándolo solo en el patio. Un hombre vestido de negro y con un gran sombrero apareció de la nada. - vete, algún día tu ángel de la guarda tendrá mejores cosas que hacer y entonces yo vendré a por ti.
Excelente y muy visual.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias nani, besicos.
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ResponderEliminarUn tipo con suerte, aunque mejor no ponerla a prueba muy a menudo que parece que un señor oscuro le ha echado el ojo, je je.
ResponderEliminarMe gustó mucho Juanjo, como dice Nani, muy visual.
Abrazos.