Que se arrime un poco más al borde de la cama, cuando vea el precipicio que hay hasta el suelo, seguro que vuelve a taparse con la almohada, aunque tú has tenido menos suerte, esos dragones que vuelan sobre ti no van a dejarte dormir en toda la noche. ¿Y yo? Yo aquí creyéndome Moisés, intentando separar las aguas de un mar imaginario que inunda mi cama, maldita sea, no debimos tomar ese último trago de absenta.
Je je, a mi me tocaron lo dragones, vaya nochecita.
ResponderEliminarAbrazos
Que mal royo jeje nos pasaremos a la birra de siempre. Abrazos
ResponderEliminar