domingo, 10 de febrero de 2013

UN NIÑO INQUIETO

El leve crujir de la viga de la que cuelga su padre, es música para sus oídos, al igual que los gritos de su madre quemándose viva dentro de la casa, que el mismo incendio cuando tenía tan solo 15 años resuenan en su cabeza como cantos de sirena y sonríe al recordarlo. Aún recuerdo cuando siendo un crío mato al gato de la vecina y lo colgó en el tendedero. El psicólogo simplemente dijo que era un niño un poco inquieto.

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