LA MERIENDA

¡calla y arregla de una vez la cisterna del váter, que gotea! Esas bolsitas con polvos blancos que guardabas en ella han acabado por estropearla. Que manía de guardar el azúcar glass  en ese lugar. Menos  mal que lo he gastado todo en unos dulces que he preparado para Pablito y sus amigos . Y dile a esos malditos niños que se callen, no entiendo como están tan hiperactivos  hoy.

EL OTRO

Y tú para de leerme la mente, maleducado, no conseguirás nada, ni conseguirás conocerme mejor, ya que ni yo mismo me conozco. Unos días no me soporto y otros creo que me caigo bien. Y deja de mirarme con esa cara de estúpido. Eso fue lo que le dije al tipo del espejo. Curiosamente cuando me marché, el giró sobre sus propios pies y también se marchó sin mediar palabra.

VISIONES

Que se arrime un poco más al borde de la cama, cuando vea el precipicio que hay hasta el suelo, seguro que vuelve a taparse con la almohada, aunque tú has tenido menos suerte, esos dragones que vuelan sobre ti no van a dejarte dormir en toda la noche. ¿Y yo? Yo aquí creyéndome Moisés, intentando separar las aguas de un mar imaginario que inunda mi cama, maldita sea, no debimos tomar ese último trago de absenta.